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sábado, 31 de diciembre de 2011

Los intermediarios del arte y los que faenan pollos

Existen los que realizan y los que se alimentan del arte. En una sociedad de consumo, podemos añadir, los que producen y los que consumen arte. Para facilitar el intercambio o mercado de las artes, aparecen los intermediarios que son los que negocian con el producto en representación del artista a merced de un buen porcentaje de ganancia aumentando el costo de la obra. Suena justo para todos, sobre todo cuando el pintor en este caso, no le interesa o no sabe como acceder al mercado. Pero qué pasa con el comprador que solo conoce el objeto de arte y no al sujeto detrás de la obra, sabrá palpar la emoción que los une la experiencia estética;

Es como ir a comprar pollo para la cena, que se ofrece en una bandeja higiénica ya sin plumas ni patas, sin una carta de recomendación ni obituario, ninguna información de quién ni cómo se faenó. El animal está para comerlo, confío en los distribuidores y toda la cadena de individuos intermediarios entre yo y mi plato de comida.

Así están las cosas, todo para ser más eficientes y ganar más, nos desconectamos de los procesos y de la razón. Hoy muchos intermediarios y no quiero generalizar, desconocen el valor artístico o espiritual si se quiere de la obra y cuanto más entonces su valor comercial, que para mí es subjetivo y especulativo. ¿Promueven el arte y educan a una población cada vez más alejada del arte?, Cuántos artistas pueden entrar en el circuito de exhibiciones y ventas; muy pocos y algunos muy buenos, pero para acceder a las galerías hay que tener pitutos o pitufos expertos que decidan si vende o no se vende.

Creo que los artistas deben comenzar asociándose en colectivos u otras formas de agrupación y by pasear a los faenadores del arte comercial, que no hacen bien su trabajo y se llevan muchas ganancias. Los culpables no son ellos sino nosotros mismos que delegamos el trabajo que nos corresponde hacer, cuantos no estamos en los escaparates como los pollos en sus bandejas, desnudos, solo pensando en ser comprados. No enseñamos, no nos vinculamos y no valoramos nuestro trabajo.

A continuación un buen ejemplo de vía alternativa para el caso de los artistas de la palabra:

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