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martes, 29 de enero de 2013

Tapizando aldeas

TAPIZANDO ALDEAS/ un sueño que estoy urdiendo
El propósito fundamental de este proyecto es “descubrir al otro”.

Hasta antes del año 75 El Longino se arrastraba lento por su trocha angosta
recorriendo estaciones de poblados que lo recibían alegres. Los frutos del
campo en su algarabía de colores, gritos y risas se recortaban sobre parajes
de belleza indescriptibles . Los fierros se arrastraban hasta el lejano desierto .

Iquique su destino final, demoraba tres días desde Estación Mapocho .

Faltan dos años para que pasen cuarenta, de silencio y olvido.

Desde hace algún tiempo recorro las antiguas estaciones fantasmas y
averiguo cosas, hago preguntas y sobre todo tomo apuntes que después
algunas llegan a ser pinturas. Desde Polpaico a Til Til, para luego subir a
Rungue y subir otro poco hasta Las Chilcas en la sub estación Meiggs, un pueblo
de unas 50 personas, alguna vez más de 200 que hoy crían cabras, venden su queso
Y algunas aceitunas, donde jamás se detiene algún vehículo que va al norte.

Bajar la quebrada al valle Aconcagua hasta Llay Llay y La Calera. Aquí se continúa
al puerto o se sube al tren al norte, siguiendo a Nogales, cruzando un par de túneles
a Catapilco y así eternamente por paisajes y poblados espectrales.
Ahora dentro de mi cabeza recuerdo las veces que he enseñado cursos de
dibujo a personas del campo, como aquellas de Huanhualí, cerca de Los Vilos,
como aprendieron a conocer su fauna y flora silvestre y luego patentaron
sus imágenes ya digeridas por mentes abiertas y sensibles.
La tarea resumiéndola , consiste en apoyar y entrenar a personas en la mirada
profunda hasta encontrar complicidad con su entorno, a recordar su pasado y a
descubrir un presente desde el dibujo hasta la pintura como en otros oficios,
donde cada uno sea protagonista de escenas e historias que visualicen mundos
transformados, donde el resultado sea de valor estético llegando a tapizar
uno por uno estos villorios y llevarle a sus gentes sus símbolos propios,
por la vieja trocha, reencontrándonos unos con otros en las viejas estaciones.

Un par de semanas atrás llevé a tres hermanas que hacían dedo en Rungue, iban
a Llay Llay a comprar dulces para celebrar la navidad con los niños del pueblo.

Yo me di cuenta en ese momento que esa gente tiene un enorme potencial,
que no necesitan mucho para ser felices y que su juventud hace enorme
esfuerzos por reafirmarse en su terruño y que a la primera idea mía de ir a
ofrecer un taller ellos se llenan de esperanza e ilusión. No tenemos más remedio
que ir a conocer gente buena y trabajar juntos un proyecto de arte que ayude a
crear identidad, a recobrar los oficios al llamado de la bocina de una gran locomotora.

Yo soy convencido después de una larga trayectoria en la educación de las artes,
que todo ser humano se conecta a su esencia a través de su creatividad y que ésta
se bloquea en una sociedad abocada a explotar recursos naturales , vender y borrar
pasados, donde el valor no está en la persona. Cuando el ser que sea, recrea su mundo
con técnicas de expresión, los sueños aumentan y las utopías se validan. En el modelo
económico actual y de convivencia social, lo que proponemos es “resistencia a la apatía”.

Ahora expongo en pocas palabras esta visión y la comparto con ustedes para que
la alimenten, la perfeccionen y se suban al Longino y hagan el viaje con alegría,
colaborando con un plan para sacar adelante una misión noble y fascinante.

2 comentarios:

  1. la metáfora del tren resume una idea potente.

    El tren es la conexión , la relación , el compartir, el intercambio , la unidad entre los seres humanos, unidos como un collar de perlas con un hilo conductor .

    Pero ese tren ya no está. La eliminación de los trenes en esta zona del mundo , es un signo de los tiempos , el reinado del automóvil, triunfo del individualismo , la velocidad que no se detiene , la velocidad que no deja contemplar , La carretera que nos distancia de la relación y del paisaje , la autopista que no se detiene en los pueblos que no nos une con nada.

    El tren circulaba por vías estrechas no invadiendo el entorno, conectando paisajes y aldeas.

    ¿Como restituir el tren en su significado metafórico?

    Esto es lo que propones.

    ¿como restituir los valores que se perdieron con su desaparición?

    ?como restituir a la persona humana , en una civilización que enajena hasta lo mas profundo del hombre?

    El hombre (y la mujer) ha perdido lo mas básico que lo constituye , el dialogo y la creación.

    Dialogo con el entorno que es a su vez es la materia de su creación.

    Y es el hombre y la mujer sencilla , del medio rural , quizás los que tienen las posibilidades mas cerca para re establecer aquello primordial que nos constituye.

    El dibujo nos enseña a dialogar con lo que vemos . Pero el hombre censillo es mas manual , dibuja con la madera , con el barro , con la piedra, con los muros y el techo de su casa , con el tejido etc. etc .

    En este collar de perlas de aldeas abandonadas por el hilo ferroviarios que ya no está , hay que comenzar por una perla de estas aldeas .

    Hay que concretar en lo practico la idea original.

    Texto de Juan Echeñique

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  2. Apreciado Caco, lo primero que me surge decir es "¡¡ me subo al Longino !!" sí !, creemos una travesía para re-descubrir esas huellas que el tiempo aún no logra borrar y que en la forma de un palimpsesto se muestran a nuestros ojos. Hay poesía en tu propuesta.

    Mi padre era de Iquique "tierra de campeones" decía él con cierta arrogancia, me hablaba de ese tren, y de memorables viajes. En mi escucha infantil me parecía un viaje eterno, "…a ratos, en ciertas zonas de grandes pendientes, nos bajábamos del tren, y caminábamos mientras la cremallera se enterraba lenta y dolorosamente en la barriga del tren haciendo rechinar sus fierros… "

    Siendo muy joven, viajó por primera vez a la capital, portaba un bolso pequeño regalado por su madre, y su "cartón" -como decía él orgulloso-, de la escuela comercial de Iquique. El Longino fue la nave que transportó sus sueños desde el Norte Grande a Santiago.

    He caminado muchas veces algunos kilómetros de lo que fue esa gran vía del Longino, - al norte de Copiapó, en pleno desierto-, siempre me pareció escuchar voces, muchas voces, hablaban de sueños, de esperanzas y de amores, muchas veces escuché nítida la voz de ese joven que era mi viejo, si hago esfuerzo, logro verlo, está ahí, con su bolso y su cartón, sonríe, el futuro lo espera.

    …el Longino me trae de regreso a mi padre

    Con afecto

    Jorge

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